El chupete es una de las primeras decisiones que tienen que tomar los papás a la hora de comprar productos específicos para los bebés.

El posible impacto del chupete en la lactancia y en el desarrollo de la dentadura nos hace buscar el chupete con la anatomía más adecuada y menos agresiva para las estructuras bucales.

Es necesario saber que el resultado final siempre dependerá del tiempo que el niño use el chupete y la frecuencia, además de la predisposición genética.

Además, el uso de chupete siempre produce menores alteraciones que la succión del dedo, ya que se abandona a una edad más temprana y la posición de éste no afecta a los molares.

Actualmente en el mercado existen chupetes con formas y materiales variados.

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Según el material, los chupetes que podemos encontrar son de látex o de silicona.

El látex es una goma natural que hace que los chupetes sean más resistentes, blandos y elásticos, proporcionando un color ámbar.

Con el paso del tiempo, el látex se hincha y absorbe olores, por lo que será necesario sustituirlo.

Por otro lado, la silicona es un material blando y elástico, que no se deforma, ni absorbe olores y sabores. En detrimento de esto, se puede cortar y rasgar con el paso del tiempo.

En cuanto a la forma, las tetinas pueden ser de cereza, anatómica o fisiológica.

La tetina de cereza tiene una forma esférica y es la más común entre la población.

La tetina anatómica tiene una forma ergonómica que imita la forma del pezón durante la succión, para que el bebé se adapte cuanto antes a él. Y, por último, la tetina fisiológica está diseñada de manera simétrica y plana.

A la hora de adquirir el chupete, debemos hacer especial hincapié en la forma, ya que debe asemejarse lo máximo posible a la fisionomía del paladar del niño, así como en la tetina, que debería ser parecida al pecho materno.

Teniendo esto en cuenta, el chupete ideal sería aquel que no fuerce la apertura de la boca, que no ejerza presión en el paladar y en el que la superficie de contacto con el paladar se parezca a la lengua.

Además, los materiales deben ser resistentes, antialergénicos y atóxicos, con una tetina no mayor de 30mm, flexible y ergonómica, y con dos orificios en el escudo.

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